viernes, 11 de febrero de 2011

Te odiarás.

*¿Te puedo pedir una cosa? -dijo ella sin apenas pensar.

-Sí, dime 
*No te acostumbres a mí.
-¿Cómo?
*Que no te acostumbres a mi, ni a mi risa, ni a mi hiperactividad, ni a mi sonrisa en esos momentos, ni a mis besos, ni a mi olor, no te acostumbres a como te miro o te dejo de mirar, no te acostumbres a mi rabia, ni a reírte de las cosas que digo. No te acostumbres en serio...
-¿Y eso a que viene?
*A nada simplemente algún día me cansaré, me iré y echarás de menos esas cosas a las que un día te acostumbraste.

..y te odiarás por no haberme dicho todo lo que algún día quisiste decirme y pensabas que tenias tiempo para explicarme.

sábado, 5 de febrero de 2011

Rulo. Otoño 2009.

“Nos veremos donde haya una botella, un escenario, una risa, una luna llena, una cama de hotel, un puñado de estrellas, allí donde nunca las lágrimas valgan la pena.”

NOS VEMOS PRONTO.

El crujir de sus talones.
El conocerla de verdad.
El pegarle en clase.
El llamarla todos los santos días.
El estudiar con ella en voz alta en el Parque.
El contarle cada detalle por muy tonto que sea.
El dolor, sufrimiento y pena de saber que se va.
El saber que pase lo que pase ella estara ahí siempre.
El poder confiar en ella.
El no querer verla marchar.
EL SABOR AMARGO A DESPEDIDA.

(4 de noviembre de 1993)

Yo entonces empecé a preguntarle cosas más "abstractas":
-¿Qué es la vida?
-¿Cuál es el origen?
-¿Qué es la muerte?
-¿Qué hay después?
-¿Sabes usted dónde esta el amor de su esposa?
-¿Me podría explicar sobre una pizarra por qué, al atardecer, se pone usted triste?
Severo Ochoa escuchaba. Pensaba un rato. Después, por sus carnosos labios dejaba caer un lacónico "NO LO SÉ". Y así, entre "no lo sé" y "no lo sé", pasamos un largo rato. Al fin, se puso en pie, altísimo como era. Dio una vuelta por la sala. Volvió. Me miró desde arriba, en contrapicado. Y soltó su tremenda confesión: "No tengo ni una sola respuesta para nada de lo que de verdad me interesa. Puedes escribir bien grande que te he dicho que soy un extraño sabio, un sabio que no sabe nada".

-Severo Ochoa.

Inútilecoenmicabeza.

He cubierto de cicatrices estas vendas por si mañana vuelan los secretos y las formas, lo siento esto tranquilo, solitario, esperando que no vengas. Quizás me importe tanto que desista, harto de pensarte y de seguir todas tus pistas, sigue todas mis huellas, lo que importa solo es hoy. Aquí nada a cambiado coño, tu ya sabes como soy.

Solo pretendo crecer,
ir hacia arriba,
pero el recuerdo castiga como bombas en Hiroshima.

Quiéreme si te atreves.

- ¿Crees en los flechazos?
*Pues sí.
-Ingenua.
*Nunca hemos hablado del futuro, tú y yo me refiero a nuestros futuros.
-¿Nuestros futuros? (Yo habría dicho inconscientemente nuestro futuro supongo que me conformaba con el presente).
*Por cierto, hablamos del futuro una vez, y no nos equivocamos mucho, tú estás aprendiendo a ser un tirano y yo un flan.

¿CAPAZ o INCAPAZ?

Escena 9ª:

Cesonia: ¡Estás desconocido! ¿Habrá sido todo una broma, no?
Calígula: No exactamente, Cesonia. Pura pedagogía.
Escipión: ¡No es posible!
Calígula: ¡Precisamente!
Escipión: No te entiendo.
Calígula: ¡Precisamente! Se trata de realizar lo que no es posible, o, mejor dicho, de hacer posible lo que no lo es.
Escipión: Pero es un juego que no tiene límites. Es el delirio de un loco.
Calígula: No, Escipión, es la virtud de un emperador. (Se echa hacia atrás con un gesto de fatiga). Por fin entiendo la utilidad del poder. El poder brinda una oportunidad a lo imposible. A partir de hoy y en lo sucesivo, mi libertad dejará de tener límites.
Cesonia (con tristeza): No sé si hay que alegrarse de eso.
Calígula: Yo tampoco lo sé. Pero supongo que con eso hay que vivir.

Albert Camus

sábado, 29 de enero de 2011

Io e te a tre metri sopra il cielo.

Llega un momento en el que los caminos se bifurcan, cada uno escoge una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, y ahí está él.
Al final solo ocurre una cosa, llega el puto invierno y no hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que empezó antes de lo que pensabas. Mucho antes y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya NUNCA volverás a sentir lo mismo.

Elfinalsuponeunnuevocomienzo.

Nos sobran los motivos.

ESTE ADIÓS NO MAQUILLA UN HASTA LUEGO, ESTE NUNCA NO ESCONDE UN OJALÁ, ESTAS CENIZAS NO JUEGAN CON FUEGO, ESTE CIEGO NO MIRA PARA ATRÁS, ESTE NOTARIO FIRMA LO QUE ESCRIBO, ESTA LETRA NO LA PROTESTARÉ, AHÓRRATE EL ACUSE DE RECIBO ESTAS VÍSPERAS SON LAS DE DESPUÉS. A ESTE RUIDO TAN HUÉRFANO DE PADRE NO VOY A PERMITIRLE QUE TALADRE UN CORAZÓN PODRIDO DE LATIR, ESTE PEZ YA NO MUERE POR TU BOCA, ESTE LOCO SE VA CON OTRA LOCA, ESTOS OJOS NO LLORAN MÁS POR TI. 

La sombra del viento.


Querido Julián:
Esta mañana me he enterado por Jorge de que realmente dejaste Barcelona y te fuiste en busca de tus sueños. Siempre temí que esos sueños no te iban a dejar nunca ser mío, ni de nadie. Me hubiera gustado verte una última vez, poder mirarte a los ojos y decirte cosas que no sé contarle a una carta. Nada salió como lo habíamos planeado. Te conozco demasiado y sé que no me escribirás, que ni siquiera me enviarás tu dirección, que querrás ser otro. Sé que me odiarás por no haber estado allí como te prometí. Que creerás que te fallé. Que no tuve valor. Tantas veces te he imaginado, solo en aquel tren, convencido de que te había traicionado. Muchas veces intenté encontrarte a través de Miquel, pero él me dijo que ya no querías saber nada de mí. ¿Qué mentiras te contaron, Julián? ¿Qué te dijeron de mí? ¿Por qué les creíste? Ahora ya sé que te he perdido, que lo he perdido lodo. Y aun así no puedo dejar que te vayas para siempre y me olvides sin que sepas que no te guardo rencor, que yo lo sabía desde el principio, que sabía que te iba a perder y que tú nunca ibas a ver en mí lo que yo en ti. Quiero que sepas que te quise desde el primer día y que te sigo queriendo, ahora más que nunca, aunque te pese. Te escribo a escondidas, sin que nadie lo sepa. Jorge ha jurado que si vuelve a verte te matará. No me dejan ya salir de casa, ni asomarme a la ventana. No creo que me perdonen nunca. Alguien de confianza me ha prometido que te enviará esta carta. No menciono su nombre para no comprometerle. No sé si te llegarán mis palabras. Pero si así fuera y decidieses volver por mí, aquí encontrarás el modo de hacerlo. Mientras escribo, te imagino en aquel tren, cargado de sueños y con el alma rota de traición, huyendo de todos nosotros y de ti mismo. Hay tantas cosas que no puedo contarte, Julián. Cosas que nunca supimos y que es mejor que no sepas nunca. No deseo nada más en el mundo que seas feliz, Julián, que todo a lo que aspiras se haga realidad y que, aunque me olvides con el tiempo, algún día llegues a comprender lo mucho que te quise.

Siempre,
Penélope.